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La luna roja y la magia del dibujo

Foto del escritor: Rocío E. CorcueraRocío E. Corcuera

Actualizado: 29 dic 2022

Una tarde del mes de mayo de este año que culmina, salí al parque “Tradiciones de Ricardo Palma” (Maranga), llevando plumones para quien se interesara en dibujar y un niño de 5 años realizó este colorido dibujo.

Su proceso me estaba cautivando por su dedicación paciente y totalmente concentrada, pero me cautivó aún más al percatarme que, junto con los elementos representados que pueblan usualmente el imaginario de un niño de cinco años, había plasmado una experiencia que le resultó muy significativa: mirar la luna roja. ¡Allí estaba la magia del dibujo! Dibujar esa luna roja fue una manera de decir, esto fue importante para mí, esto se me quedó en la retina, esto me impresionó.


Al terminar su dibujo -después de silenciosa media hora- el niño contó a su papá que había dibujado la luna roja. El joven padre me contó entusiasmado que hacía dos noches esperaron juntos el eclipse lunar y a pesar de su corta edad, su hijo estuvo muy curioso por ese evento natural. Disfruté esa complicidad familiar y evoqué mis momentos familiares, agradecida por haber aprendido a conectar con la naturaleza.

Al tener la oportunidad en sus manos, el niño hizo uso de un lenguaje que partiendo de una imagen mental lo llevó a plasmar una imagen plástica. A decir de Cabanellas (1993:24) "la imagen plástica como objeto material, formado por unos elementos relacionados entre sí, se convierte en lenguaje significante por obra de una acción provocada y controlada por una imagen mental". ...Así, "no hay grafismo, por mecánico que parezca. que no exija una transposición previa, una anticipación mental que confronte el inicio y fin de un trazo, que anticipe la relación de cada parte con el todo" (Cabanellas, 1993:25). Con este lenguaje el niño pudo hablar sin hablar, sin consignas, sin tiempos, sin pautas.


Se trata de un dibujo bello y complejo por muchos motivos. Hay presencia de una figura humana sencilla, el sol, el arco iris, plantas. Se observa el cielo en la parte alta del papel y una zona verde en la parte inferior. Esto nos muestra un dibujo iconográfico, es decir con símbolos reconocibles y que, además, ha ganado conciencia espacial y por lo tanto puede mostrar un contexto en el que las figuras y seres se ubican según ciertas leyes (Martínez, 2004). El niño ha dibujado en negro y ha coloreado de una manera muy libre e intensa. Su manera de colorear es poco convencional, a pesar del sol amarillo y el cielo azul. Está toda la hoja intervenida, con un trazo muy suelto, donde el color diverso aparece con libertad.

Ojalá, como en esta linda experiencia, papás y mamás puedan permitirse vivir momentos de conexión con la naturaleza junto con sus pequeños y pequeñas, ojalá les dejen dibujar sin esperar nada, solo esperando conectar con su mundo. Ojalá logremos colorear nuestro mundo como lo hace este niño, ojalá en estos últimos días del año nos demos un tiempo para reconocer y comunicar lo que es importante y valioso.


Cabanellas, I. ( 1993) Análisis de imágenes plásticas infantiles:Una lectura entre la certeza y la duda. Pamplona. Recuperado de:


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